HERNIA DE DISCO LUMBAR
La hernia de disco lumbar es una enfermedad muy frecuente, ocasionada por la lesión del disco intervertebral, una estructura ubicada entre dos vertebras, y que provoca la compresión de los nervios ubicados en el canal lumbar y que van a las piernas, causando síntomas producto de la compresión de los mismos.
La gran mayoría de las veces no requieren cirugía, pero si persisten los síntomas en el tiempo o existen alteraciones motoras o de esfínteres deben ser tratadas quirúrgicamente.
La hernia discal lumbar pueden padecerla personas de cualquier edad, aunque mayor su incidencia se produce entre los 30-50 años.
Síntomas de la hernia discal
Los síntomas relacionados con la existencia de una hernia discal lumbar pueden ser debidos a dos hechos diferenciados:
- Un dolor agudo, repentino y de fuerte intensidad debido a la ruptura discal
- Síntomas provocados por la presión sobre la médula o los nervios
Hay que tener en cuenta que existen otras patologías que provocan dolores similares a lo que provoca una hernia lumbar. Siempre debe de ser un profesional médico experimentado quien realice el diagnóstico.
Los síntomas más frecuentes en el caso de hernia lumbar son:
- El dolor (ciática) que puede irradiarse hasta el pie
- Lumbago
- Alteraciones sensitivas (disestesias, alteraciones de la sensación térmica o táctil)
- Hormigueo en pierna y pie
- Pérdida de fuerza en los músculos
- En algunas ocasiones alteración de los esfínteres.
De todos los síntomas, la ciática (dolor irradiado a la extremidad inferior) es el más característico. Este dolor puede variar en su distribución en función de la zona que inerve cada raíz nerviosa afectada. La ciática es acompañada habitualmente del dolor en la zona lumbar (lumbago) por la sensibilidad provocada por el propio disco dañado.
Tipos de hernias discales lumbares
Podemos clasificar las hernias discales en función del grado de rotura o deformación del disco vertebral. Según este criterio existen tres tipos de hernia distintos:
- Hernia discal protruida: Es el tipo de hernia lumbar más habitual y se denomina así cuando el núcleo del disco permanece intacto, pero hay una pérdida de la forma oval original.
- Extrusión discal: En estos casos el núcleo del disco vertebral está deformado y forma como una ‘gota que sobresale.
- Hernia discal secuestrada: Es el caso más severo y ocurre cuando el núcleo del disco vertebral se encuentra muy dañado. En algunos casos puede incluso dividirse en dos partes. En estos casos el tratamiento quirúrgico puede llegar a ser el más indicado.

Diagnóstico y tratamiento de la hernia de disco lumbar
El diagnóstico ha de realizarse por un profesional médico especializado. Un neurocirujano especializado en columna vertebral puede diagnosticar una hernia discal lumbar observando los síntomas y realizando un examen físico del paciente. El diagnóstico se confirmará mediante la realización y examen de pruebas como la radiografía, la tomografía o la resonancia magnética. Estas pruebas permiten evaluar con exactitud si existe una hernia, en qué grado o tipo y en qué disco se localiza.
Por regla general, salvo en los casos más graves, el tratamiento de la hernia lumbar es conservador. El especialista recomendará al paciente reposo y tratamiento con analgésicos en primera instancia.
En algunos casos es posible que se derive al paciente al médico rehabilitador para que valore en su caso un tratamiento de rehabilitación que incluya también sesiones de fisioterapia para ayudarle a que retomar sus actividades rutinarias con normalidad.
Hay casos, en torno al 10%, en los que sin embargo será necesaria la intervención quirúrgica para poder solucionar este problema y revertir la presión ejercida en el nervio.
Cirugía de hernia de disco lumbar
La cirugía de elección para la intervención de la hernia de disco lumbar es la microdiscectomia. La variante más moderna y que menos daño y efectos colaterales produce al paciente, es la técnica mínimamente invasiva tubular o endoscópica. Solo en el caso de que exista inestabilidad en el lugar donde existe la hernia, se asocia una instrumentación espinal para estabilizar la columna vertebral.
Con la técnica adecuada, se consiguen tasas de éxito muy altas en las que el paciente recupera su calidad de vida y puede volver a su actividad normal, mejorando la sintomatología.